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La conducción es un arte sencillo, y todo de ejecución.

Por: Luciana Flores. Para: La Voz del Interior.


En un anuncio muy esperado, el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, comunicó un paquete inicial de medidas al que llamó “de emergencia”. Podríamos resumirlo como un clásico plan de ajuste ortodoxo, contractivo, de sinceramiento y liberación de precios que venían de un largo período de regulaciones, distorsiones y atrasos, lo que hacía inviable el normal funcionamiento del país. Y todo ello con la idea de contribuir a ordenar el descalabro de los precios relativos.

Estas medidas, que apuestan al equilibrio fiscal, incluyen por un lado la reducción del gasto público (jubilaciones y pensiones, transferencias discrecionales a provincias, subsidios económicos, obra pública, programas sociales y gastos de funcionamiento) y por el lado de los ingresos, el aumento de impuestos (retenciones a las exportaciones, aumento del impuesto Pais y reversión de la reforma de Ganancias).

A esto se agregó una devaluación importante del peso, que indiscutiblemente impactará con fuerza en toda la economía.

En primer lugar, sería deseable que este combo de medidas cambiarias y monetarias sea el primer eslabón de un plan integral de desarrollo que tenga un norte claro, metas específicas, objetivables y medibles, planificación detallada y ejecución efectiva. Un plan que incluya un diagnóstico acertado, profundo y no marketinero de los problemas, a partir del cual se puedan convalidar objetivos, acciones, instrumentos y normas, para luego trabajar arduamente en su implementación efectiva.

En segundo lugar, creo que el paquete de medidas anunciadas deja un número importante de cuestiones a tener en cuenta, que probablemente puedan influir en el éxito o el fracaso de las acciones de gobierno.

MÁS ALLÁ DE LOS ENUNCIADOS.

Será necesario que la estructura ejecutiva del Estado nacional cuente con un equipo con un sólido espíritu de cuerpo, con ideas claras compartidas por todos en relación hacia dónde se va y que estén dispuestos a trabajar intensamente de manera racional y pragmática, tratando de disminuir el costo de esta etapa para la gente. Dedicados a la difícil tarea de auditar en detalle el gasto del Estado, corrigiendo las ineficiencias y eliminando lo improductivo.

Si de lo que se trata es de licuar el gasto a partir de la fuerte inflación inicial que se vaticina, es necesario llamar a las cosas por su nombre, decirlo de esta manera sin eufemismos y aclarar a qué sector de la economía se aplica este proceso de licuación, en un marco de honestidad en la comunicación que elimine el relato, para que puedan aceptarse las acciones necesarias y no deseadas en esta etapa.

Si la idea es una economía de mercado lo más transparente posible, que respete las leyes de la economía de mercado y especialmente la de la libre competencia, es necesario garantizarla con la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y con una normativa adecuada, para que el beneficio de la libertad sea para todos y no para unos pocos.

También hace falta trabajo efectivo con funcionarios que estén dispuestos a aplicar la ley con todo el rigor, para corregir las acciones monopólicas u oligopólicas. El principio enunciado de “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada” debe ser aplicado a rajatabla en esta área, que es la garantía de protección a los ciudadanos.

Será también necesario una dura negociación con el sistema financiero para que este sector asuma también una parte importante del ajuste. Nadie puede discutir que ni el sector productivo ni los sectores del trabajo ni el sector de servicios no financieros han tenido en los últimos seis años la tasa de rendimiento que tuvo el sector financiero. El desarme de las Leliq no debiera convalidar esta gigantesca transferencia de ingresos ocurrida en este período.

Otra de las medidas implementadas por el Banco Central es la emisión de bonos denominados Bopreal, que los importadores que tengan deuda comercial podrán suscribir al dólar oficial y con una tasa de interés del 5%. Más allá de que la medida en sí misma es discutible, creo que, debido a las distorsiones e irregularidades ocurridas en el comercio exterior en el gobierno anterior, se debe hacer un trabajo exhaustivo, expediente por expediente, siguiendo la trazabilidad de las deudas que se reclaman, para confirmar su veracidad.

Estos temas son sólo enunciativos, a modo de ejemplo de la infinidad de cuestiones que los funcionarios deberán atender, en la ardua tarea de administrar el Estado para ponerlo al servicio de la sociedad.

Porque una virtuosa administración del Estado no se refiere sólo a un conjunto de ideas, principios, leyes y planes elaborados de manera teórica y expresados en un Excel, sino también a la gestión concreta, diaria y permanente. Porque la conducción es un arte sencillo, y todo de ejecución.

Y porque la defensa de los dineros del Estado, que son los dineros de todos, no sólo requiere trabajo, esfuerzo, dedicación, conocimiento y honestidad, sino también discutir peso por peso el gasto con los sectores corporativos que pretenderán llevar agua para su molino, intentando sacar ventaja de toda negociación donde esté en juego el dinero.

Lic. Mgter. Luciana Flores.


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Twitter @luflorescba




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